lunes, julio 16, 2007

OBRIGADO LISBON















Hola!!! La primera impresión de Lisboa es la de una ciudad muy acogedora, dando los primeros paseitos te das cuenta de que enseguida te sientes como un Lisbeta más.

Tras la primera toma de contacto por las calles de la capital, decdimos ir a Sintra, es un pueblecito para pasar un día entrañable, está lleno de palacios y castillos y de casas muy chulis, desde casi todos los sítios puedes ver el palacio de Sintra, y hay una buena pateada hasta el palacio nacional de Pena, un poquito más del palacio de los Mouros, pero merece la "pena" ir a verlo por las vistas y porque te sientes como una reina viendo los aposentos. Al otro lado está el palacio de Regaleira una verdadera obra arquitectónica, pasa que con tanto palacio decidimos seguir el día paseando y comiendo Quijadas.

Muy cerca está Estoril y Cascais, si eres surfero y te gusta la playa puedes ir pero a mi me decepcionó bastante, aunque merece la pena el viaje por la costa ya que pasas por la nariz de Europa, el cabo de Roca y las vistas son increíbles.

El resto de los días decidimos conocer más Lisboa, así que fuimos al barrio de Belén, donde está el momento de los descubrimientos, la torre de Belén, y el monasterio de los Gerónimos, el cual es impresionante. Lo mejor son los pastelitos de Belén... todavía recuerdo su sabor.

A Lisboa también la llaman la ciudad blanca, es por el tipo de piedra, caliza blanca, que utilizan para casi todos los monumentos y edificios importantes. Casi todos los edificios están "alicatados", eso le da un rollo distinguido, aunque hay calles, con edificios ruinosos por las cuales te da rollo pasar, no te vaya a caer una rachola del siglo pasado en el tarro.

Merece la pena salir de fiesta por Lisboa, nosotros optamos por el: "Finalmente Club", un antro de unos 40 metros cuadrados, en los cuales cabíamos hasta 500 personas, eso sí con espectáculo "trans" y todo.

Otro barrio pintoresco es la Alfama, donde se haya la catedral Alcobaça, con la virgen de Fátima y del castillo de St Jorge, que tiene unas vistas impresionantes de toda la ciudad, aunque lo mejor es perderse por las callecitas, ya que todo está relativamente cerca del centro, Rossio y la Plaça do Comercio, aunque a mí me encantó la casa do Picos, que por cierto hay una muy parecida en Toledo.

Una vez en el centro mola subir al Barrio Alto, puedes hacerlo en ascensor, el de Santa Justa es de los mas chulos, o bien en tranvía. En el parque de Eduardo VII está la estufa caliente y la estufa fría.... "molan los caminitos"

La verdad es que nos vamos con un buen sabor de boca de Lisboa, esperando regresar pronto y tomar un cafelito en Nicola.

SYLVER.



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