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Fué una noche de verano (no quiero ponerme rollo Amaral), habíamos salido con unos amigos, un colega y yo.
De repente nos dejamos llevar por la magia de la noche cuando unas ganas tremendas de hacer una confesión me abodó.
Tío vamos a la barra he de contarte algo muy fuerte es un supersecreto...
Mi colega y yo absortos nos enfrascamos en tremenda conversación mientras las miradas atónitas del resto de visitantes nocturnos y otros conocidos nos miraban estupefactos.
Conversación:
sylver: Tio verás mi Perro me habla, no con palabras, sino con la mente, me transmite sentimientos, sensaciones, es muy fuerte creerás que estoy loco pero es verdad.
Mi perro me habla....
colegui: Que fuerte nen... (mientras rebañaba con ansia las últimas gotas del cubata dispuesto a pedirse otro)... así que tu perro te transmite todos sus pensamienos....
sylver: Si tio, y no estoy loco, es verdad, fijate que hoy quería enviar un mensaje y no me dejaba, me ha quitado el movil de la pata.
colegui: querrás decir de tu mano con su pata....
sylver. tio no de mi pata.
colegui. Yo no creo que estés loco tio, te creo de verdad, es más tengo que hacerte una confesión.
verás yo tengo mucho éxito con la fauna aviar, sin ir más lejos mi loro me imita, si nen, tiene deboción hacia mi, imita mis gestos. Por eso te creo.
A esas horas de la noche, nos parecía lo más normal del mundo mi perro se comunicaba conmigo telepáticamente y el loro de mi colega le imitaba en todo.
Cuando nos llamamos al día siguiente nos mondábamos, pero nos quedó una cosa muy clara : aunque algo muy rebuscado y extraño nos sucediese allí íbamos a estar siempre, PARA apollARNOSnos.
SYLVER